Con independencia del tiempo que tenga tu coche, si te decides a pulirlo se verá igual que si fuese la primera vez que circula. Lograrás que brille mejor y que consiga una profundidad de la pintura única.
El pulido de coches es un proceso que tiene por objetivo eliminar la parte superior de la laca que no se encuentra en buen estado, para dejar la capa de la laca que si que lo está.
Cuando se usan pulidoras para coches es normal preguntarse si existe el riesgo de eliminar por completo la laca, causando un daño irreparable. Cuando se pule, tan solo se eliminan una micras, tan solo una pequeña parte de la laca.
¿Qué necesitas para pulir tu coche?
·Una pulidora para coches: es crucial que te asegures de que ha sido diseñada para este uso. Si es la primera vez que vas a pulir tu vehículo, los expertos recomiendan el uso de una pulidora orbital o roto orbital
·Discos y esponjas: estos accesorios también son muy importantes. Discos que te harán falta son los de 3’’, 5’’ o 6’’. También necesitas una esponja para trabajar el pulimento en la pintura.
·Pulimentos: es la materia prima que se aplica en el pulido. Dependiendo del tipo de corte que se vaya a hacer, así como de la abrasividad del disco, elegiremos un pulimento en consecuencia.
·Limpiador: finalmente, nos hará falta un limpiador de restos de pulimento para acabar con cualquier esto de puntura.
¿Cómo pulir tu vehículo paso a paso?
1) El primer paso consiste en coger cinta especial para proteger cualquier plástico o goma exterior el vehículo. Cubre también el área de los limpiaparabrisas, el radiador, así como la zona plástica del mecanismo.
2) Cubre todos los bordes de la pintura de las diferentes zonas (puerta, capó y maletero).
3) Asegúrate de usar un plato pequeño para las zonas más amplias, y un plato pequeño para las zonas que no lo sean. Humedece la esponja de pulido y empieza a pulir la pintura en el coche. Cuanto más lubricado se encuentre el pulido, mayor suavidad podremos conseguir en cada pasada.
4) Agrega una pequeña calidad de pulimento en el pad, en el exterior y en el centro, por cada pasada.
5) Avanza progresivamente, trazando pasadas en cada línea recta. Es importante que esto lo hagas poco a poco, muy despacio, para evitar que el abrasivo del pulimento y la fricción pueda estropear la pintura.
6) Sigue con el mismo proceso hasta cubrir el vehículo. Cada vez que tengas que trabajar en una nueva zona, refresca la esponja de pulido.
7) Cuando ya lo tengas todo listo, el último paso es utilizar el producto especial para eliminar los restos de pulimento. Si no lo tienes, o no te ha quedado bien, también tienes la opción de lavar el coche al completo.
Recomendación: usa siempre productos de máxima calidad y dedica a este proceso el tiempo que necesites. Si tienes alguna duda, déjalo en manos de profesionales.