Las semillas feminizadas son las favoritas de muchos cultivadores de cannabis. Y es que ofrecen muchas ventajas que hacen que sean más interesantes que las semillas normales, aunque dependerá de los resultados que se busquen.
Lo cierto es que no es posible diferenciar las semillas feminizadas de las que no lo son con tan solo echar un vistazo. En el exterior tienen el mismo aspecto, pero su interior es muy diferente:
Las semillas feminizadas tan solo tienen cromosomas femeninos (XX). Para conseguir semillas femeninas al 100% hace falta polinizar a una hembra con otra hembra (XX) con (XX).
De una semilla feminizada tan solo deberían salir especímenes hembra. En cambio, de una semilla convencional podrían salir tanto semillas macho, como semillas hembra (también es posible otras opciones, como hermafrodita o intersexual).
Para que puedas comprender mejor la naturaleza las semillas, vamos a hacer un listado de los pros y los contras de adquirir cada tipo.
Ventajas y desventajas de las semillas feminizadas
Las semillas feminizadas se presentarían a lo largo de la década de los 90 como una solución para que en nuestros cultivos se desarrollasen plantas femeninas.
Lo cierto es que las primeras semillas de este tipo producían cosechas de mala calidad y con una estabilidad limitada (debido, sobre todo, al hermafroditismo). Con el paso del tiempo, y con las mejoras en tecnologías, se consiguieron crear semillas feminizadas con elevados estándares de calidad.
La gran ventaja que tienen las semillas feminizadas es que nos ayudan a encontrar el equilibrio entre calidad/precio dentro del cultivo. Nos garantizan que las cosechas serán femeninas al 100%. Así, obtendrás un cultivo sin ningún espécimen macho que tengas que desechar.
Sin embargo, esto también puede ser un problema: las semillas feminizadas no son una buena opción si lo que quieres es crear semillas.
Ventajas y desventajas de las semillas convencionales
Lo cierto es que cada vez son muchos los cultivadores los que se deciden por las semillas convencionales o regulares.
Su gran ventaja queda latente después de haber leído el apartado anterior: podremos crear semillas con los machos y las hembras.
Por desgracia, los cultivos que consigues con las semillas convencionales no te permiten tener un control sobre el sexo de las plantas. Podría darse el caso de que en un momento dado te encuentres un cultivo donde la mitad de las plantas son machos, y tengas que deshacerte de todas.
La otra alternativa: semillas autoflorecientes
Una alternativa que aparece en el mercado a partir de 2008 son las semillas autoflorecientes. Se caracterizan por desarrollarse con más rapidez, por ser más manejables y más fáciles de cultivar. Por ello, son una buena opción para todos los que empiezan en el mundo de los cultivos exóticos.
Sin embargo, tienen un importante contra: las semillas de estos cultivos suelen ofrecer una producción por planta mucho menor, y a veces no es rentable en base a todos los cuidados que les hemos dado.
Conociendo estas particularidades sobre las semillas feminizadas, y los otros tipos, lo tendrás más fácil para empezar con tus cultivos de cannabis.
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